Bienvenidos a mi blog

La razón de incluir este blog en una web de formación como es identidadymision.com es crear una ocasión continuada de expresar ideas, y de compartir experiencias, que como ser humano, como amigo, como padre, y -en todo caso- como cristiano, he adquirido y acumulado a lo largo de una vida que empieza a ser... dilatada en el tiempo.

¡Ojalá, pueda lograr ese objetivo!

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domingo, 6 de marzo de 2011

¡ ELEGIR....... DUEÑO !

 El ser humano ha sido creado a imagen y semejanza de Dios,            pero como criatura dependiente, necesitada de establecer una relación personal con su Creador, de descubrir sus planes y de asumirlos como propios.


Y así vemos en Jesús de Nazaret, Verbo divino y hombre perfecto, una determinación firme de hacer, siempre y en todo -hasta la muerte en la Cruz-, la voluntad amorosa de su Padre.


Su oración habitual, intensa y prolongada, en lugares y momentos propicios para evitar toda distracción, era para Él una verdadera necesidad, para identificar su voluntad humana con la voluntad de Aquel que le envió.


Esa misma vida de oración debe ser distintivo de todo cristiano.


Nuestro problema comenzó con aquella seducción diabólica, que deslumbró a nuestros primeros padres con la posibilidad de ser como dioses, haciéndoles entender esa dependencia de Dios como un inconveniente para su realización personal, y animándoles a romperla, para liberarse  de la limitación que suponía  su condición de criaturas.


Y se consumó el engaño: pensando que habían recuperado la propiedad absoluta de sus vidas, su autonomía real, cayeron bajo la dependencia del Maligno, transmitiendo a todos sus descendientes una naturaleza herida, inclinada al pecado.


A partir de entonces, perdida la integridad, la soberbia, la sensualidad y la pereza se presentaban ante Satanás como "hilos de marioneta" que le permitían una fácil manipulación.


Los movimientos -en apariencia libres- en realidad respondían a las insinuaciones y mociones del Principe de este mundo, ladrón y mentiroso.


Adán y Eva, creyendo que rompían la servidumbre de un Dios tirano, cayeron en una esclavitud despiadada, en la que, deslumbrados por el espejismo de una felicidad al alcance de la mano,  se vieron abocados al abismo de una muerte eterna.


Pero Dios no quedó impasible ante esta triste situación.


El que es Señor de todo lo creado, decidió recuperar " lo suyo", y recomponer esa relación de dependencia amorosa, sin la cual la vida del hombre pierde todo su sentido.
Trazó un plan de rescate ...y lo consumó con la muerte infame de su Hijo muy amado, en el Calvario.


A partir de ahora el ser humano- cada hombre- tiene en su mano la posibilidad de restablecer la relación con su Dios...aspirando a compartir con Él su misma vida divina.


AHORA, EL HOMBRE PUEDE ELEGIR DUEÑO.
 

Podemos aceptar el engaño de creernos dueños absolutos de la vida, que se nos ha dado para que la administremos, rechazando a Dios como a un intruso, y abandonándonos en manos del Demonio, que se apropia de nosotros, infundiendo, en quien se pone a su alcance, cierta esperanza de una vida plenamente feliz, disfrutada en libertad, mientras consolida su dominio, sometiéndonos a una verdadera esclavitud.


 EL SEÑORÍO DE DIOS ES MUY DIFERENTE....


Cuando aceptamos nuestra dependencia, y decidimos obedecerle en todo, servirle, ocurre lo inesperado: Él mismo se somete a nuestro servicio, con todo su Amor, su Sabiduría y su Poder.


Si hacemos propia su Voluntad, Él asume como propia nuestra vida, y nos conduce, con suavidad y fortaleza, a la plena realización personal, a la identificación con su Hijo, en la unidad de su Cuerpo místico, en la que encontramos la verdadera felicidad.


Cuando parecía que renunciábamos a la libertad, al someternos al querer de Dios, nos adueñamos del mismo Creador, lo ponemos a nuestro servicio, y logramos la LIBERTAD, aquella de que gozan los que se dejan llevar por el Espíritu Santo.


Ésta es la elección en la que nos jugamos el presente y el futuro..., y hemos de meditarla muy bien.


Nos la propone el mismo Dios, por boca de Moisés, en la primera lectura de la Misa de hoy, sacada del Deuteronomio:

"Mirad, pongo ante vosotros bendición y maldición. Bendición si escucháis los mandatos del Señor, vuestro Dios, que os ordeno hoy. Maldición si no  escucháis los mandamientos del Señor, vuestro Dios, y os desviáis del camino que os prescribo hoy" 
(Dt 11, 26-28).


Servir a Dios para obtener la vida y la libertad, o seguir nuestros gustos, caprichos, e intereses egoístas, desviándonos del camino que nos traza para nuestro bien.


Ponerlo a nuestro servicio, aceptando -agradecidos- sus mandamientos, o ponernos al servicio del Maligno, con la renuncia a la felicidad terrena y eterna...
 ¿Y tú, a quién obedeces?, ¿al dictado de tus apetitos...., o al dictado de Dios en tu conciencia? 

Belcebú se apropia de nosotros, con engaño, atropellando nuestra libertad, para vaciarnos de nosotros mismos.....; Dios se nos entrega, si le aceptamos, respetando exquisítamente nuestra voluntad libre, para llenarnos de Él.
 


¿Aún tienes dudas en la elección?

Pero no olvides que no es suficiente con estar "fírmemente convencidos" de lo mejor..., se requiere la determinación práctica de servirle, ¡serviam! traducida en el cumplimiento efectivo de su voluntad.



Pensado así, parece que nadie debería elegir como dueño a Satanás..., pero su capacidad de engaño, su habilidad dialéctica, su poder seductor, superan con mucho nuestras posibilidades de resistirle.... si no nos dejamos ayudar por Dios, y así se explica el alistamiento masivo en sus filas, la colaboración de muchos en su proyecto destructor, llevándonos a entender por qué, el poder del mal sigue siendo, hoy, un misterio.

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