Bienvenidos a mi blog

La razón de incluir este blog en una web de formación como es identidadymision.com es crear una ocasión continuada de expresar ideas, y de compartir experiencias, que como ser humano, como amigo, como padre, y -en todo caso- como cristiano, he adquirido y acumulado a lo largo de una vida que empieza a ser... dilatada en el tiempo.

¡Ojalá, pueda lograr ese objetivo!

INDICE TEMÁTICO DEL BLOG, CON ENLACES A LAS ENTRADAS, Y ORIENTACIÓN SOBRE SU CONTENIDO...


sábado, 12 de marzo de 2011

GARABATOS...DE DIOS

A nadie le sorprende que un dibujo de Picaso, cuyos trazos bien podrían corresponder a los de un niño, alcance en una subasta un precio astronómico..., el valor le viene dado por la firma de su autor.
 

dibujo de Pablo Picaso


Según este criterio, ¿qué valor se atribuye a las obras de un desconocido?


En este caso, incluso verdaderas "obras de arte " podrían ser menospreciadas...por un comprador experto: la firma de un don nadie carece de valor.


Los seres humanos nos iniciamos en el dibujo y la escritura con trazos descontrolados, líneas imprecisas y manchas inesperadas...que aunque hagan las delicias de nuestros  padres, no pasan de ser pintarrajos de principiante.


Para progresar en el dominio de la caligrafía necesitamos ayuda y paciencia. En mis tiempos de niño, en los primeros pasos, debíamos dejarnos llevar nuestra mano... por la mano del maestro, mano segura, de movimientos precisos y coordinados...., y sólo los niños dóciles -los que se "dejaban enseñar"- adquirían pronto una letra clara y armónica.


Entre los artistas, hay algunos que destacan por la originalidad de sus creaciones, otros por la dificultad de sus realizaciónes....o por su excentrismo, esas creaciones  admiran a los inexpertos, por su colorido, por la habilidad requerida para elaborarlas ...o por la paciencia necesaria para terminarlas..., pero carecen de valor en el mundo del Arte: son "de autor desconocido".


¿ De qué depende, entonces, el valor de lo que hacemos, o de lo que sufrimos?


Está, sin duda en el prestigio de la firma que podemos insertar en nuestra obra.


Hay vidas humanas, en apariencia intrascendentes, gastadas en la rutina de muchos días iguales, que adquieren un valor incalculable, en función de Aquel que se las atribuye.


En resumidas cuentas, el valor de nuestras acciones y de nuestros padeceres viene condicionado por el que hemos elegido como "motor de nuestras vidas",  el que inspira nuestros pensamientos y dirige nuestra conducta....por el espíritu que nos da vida.


Si todo lo hacemos movidos por el anhelo de disfrutar la vida, por el afán de notoriedad, o por evitar disgustos...,por quedar bien...o por no quedar mal..., esas obras carecerán de valor, aunque para muchos ofrezcan una apariencia deslumbrante  en la decisiva "subasta", que nadie podrá evitar...., al final de nuestra vida. 


Sólo cuando aceptamos que el Maestro divino -el Espíritu Santo- guíe nuestra mano, si secundamos sus inspiraciones y sus mociones, nuestras tareas, menudas o complejas, se verán destacadas por una FIRMA que multiplica exponencialmente su valor...

De este modo, los garabatos que hacemos, llegarán a ser....garabatos de Dios.



¿Y cuándo firma Dios, como propias, esas tareas que llevamos a cabo, obedeciendo a su voz...en el santuario de nuestra conciencia?......,  Jesucristo asume como propias nuestras obras...en la Santa Misa.


Es entonces cuando "firma" nuestros garabatos, dando a lo que parece irrelevante...un valor divino, asumiéndolo como "trabajo suyo".


En esas "gotas de agua" que deja caer el Sacerdote sobre el vino que después consagrará...ponemos nosotros nuestros dibujos, hechos con un deseo sincero de perfección...pero en los que no podemos evitar los errores y las manchas.





Los trazos infantiles, quizá despreciables a los ojos humanos...quedan transformados en obras de arte...al ser firmados...por el mismo Dios.

2 comentarios:

  1. que bonito es dejar las cosas (todas ) en mano de "Dios Padre" ( y esto es un aprendizaje de toda una vida ) del día día ,que es sencillo , pero por falta de "fé" (por comodidad, no ,compro.. meterse )nos llevamos muy malos ratos ,nosotros mismo, vuelve a salir el "yo" de la persona la "soberbia" y nos decimos, entonces para mi,que me queda (si se lo damos todo) ¿ y que soy yo ? acaso no pensamos, que todo nos viene de él,solo se ..que no soy nada .. un garabato

    ResponderEliminar
  2. Gracias¡ una reflexión para llevarla a nuestro interior y esta semana se la traslado a mis niños de catequesis.
    Un abrazo

    ResponderEliminar