Bienvenidos a mi blog

La razón de incluir este blog en una web de formación como es identidadymision.com es crear una ocasión continuada de expresar ideas, y de compartir experiencias, que como ser humano, como amigo, como padre, y -en todo caso- como cristiano, he adquirido y acumulado a lo largo de una vida que empieza a ser... dilatada en el tiempo.

¡Ojalá, pueda lograr ese objetivo!

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miércoles, 9 de marzo de 2011

¿Y TÚ,.... PARA QUIÉN ACTUAS?

 En un mundo como el nuestro, en el que se ha instaurado un relativismo a ultranza, lo único que parece absoluto es la necesidad de no dejar pasar la oportunidad, que quizá no vuelva, de disfrutar...nuestra vida en el tiempo, oportunidad irrepetible de saciar la sed de felicidad que anida en todo corazón humano.


El azar- así lo entienden- distingue personas agraciadas, a las que les ha sonreido la fortuna, con buena salud, con una situación económica desahogada, con prestigio en su ambiente...., en una palabra: personas a las que la vida " ha tratado bien" ....de otras que, por el contrario, la "suerte " les impone cargar con el enorme peso de la indigencia material, de una salud precaria..., del desprecio -marginales- o incluso del rechazo de los demás.

Lo compruebo a diario en mi ejercicio profesional: atiendo a personas que viven una situación dramática, en circunstancias que llevan a muchos a poner en duda la Providencia de Dios..., o incluso su misma existencia.


Seres humanos que sufren, física y/o moralmente, y que hacen experimentar a los demás la tremenda incógnita del dolor humano.


Y es que el sufrimiento y la muerte "no son razonables", no tienen respuesta... para la lógica humana, chocan frontalmente con la universal aspiración, arraigada en todo corazón humano,  de pervivencia y de felicidad.


La razón de esta "irracionabilidad" está en que "no estaban previstas" en el proyecto divino para el hombre: son consecuencia de nuestro "mal uso de la libertad".


¿Cómo reaccionar ante estas situaciones, "inhumanas", que claman al Cielo? 
Nuestro sentido común es insuficiente para encontrarles una explicación, para encontrar en ellas "alguna faceta positiva".


Pero afortunadamente, la Realidad es otra. Lo que percibimos como una ocasión irrepetible de alcanzar la felicidad...no es más que un periodo de prueba, un tiempo para merecer, un tiempo para amar.


Bien podríamos compararlo a una grandiosa representación teatral.
Así lo entendió en el siglo XVII don Pedro Calderón de la Barca..., en su más conocido auto sacramental, publicado en 1655 : " El gran teatro del mundo".., que algunos piensan  está inspirado en el siguiente  texto de 
Quevedo, fragmento de una obra de el Epicteto y Phocílides en español con consonantes:


"No olvides que es comedia nuestra vida
y teatro de farsa el mundo todo,
que muda el aparato por instantes
y que todos en él somos farsantes;
acuérdate que Dios, de esta comedia
de argumento tan grande y tan difuso,
es autor, que la hizo y la compuso.
al que dió papel breve,
solo le tocó hacerle como debe;
y al que se le dió largo,
sólo el hacerle bien dejó a su cargo.
Si te mandó que hicieses
la persona de un pobre o un esclavo,
de un rey o de un tullido,
haz el papel que Dios te ha repartido;
pues sólo está a tu cuenta
hacer con perfección el personaje,
en obras, en acciones, en lenguaje;
que al repartir los dichos y papeles,
la representación o mucha o poca
sólo al autor de la comedia toca".

La verdad del ser humano es que ha sido diseñado para desempeñar un papel determinado en el gran teatro que es la vida; se le ha dotado de las cualidades necesarias, del tiempo justo, con un momento para debutar...,y otro para salir de escena, de un personaje a interpretar...., e incluso de un Apuntador que le ayude a atenerse a su papel.


Se nos puede haber encargado hacer de rey... o de mendigo,  ser atleta ...o minusválido, resultar atractivo...o repelente..., pero en la "vida real" ni somos reyes ni somos mendigos, ni estamos sanos ni estamos enfermos...


       SÓLO ESTAMOS REPRESENTANDO UN PAPEL.


Esta consideración resulta decisiva para entender el misterio del sufrimiento, y para relativizar lo que - a los ojos humanos- parece una tragedia irremediable.

¿Qué pasaría si un actor se identificara tanto con su personaje que no distinguiera su actuación de su vida real, si cayera en profunda depresión por hacer de paralítico ...o se llenara de euforia por haber sido agraciado por el gordo de Navidad?..., sin duda resultaría patético.


Pues esto mismo sucede cuando no sabemos mirar...más allá del tiempo: si relativizamos la eternidad...acabamos absolutizando el tiempo.


No debemos perder la conciencia de que participamos en una singular representación teatral, pero.... 
¿quienes son nuestros espectadores?, ¿quien criticará nuestra actuación, aplaudiéndola o abucheándonos  según nuestra calidad interpretativa ?


Corremos el peligro de buscar el aplauso de quien no juzgará nuestra actuación..., y entonces será inevitable el fracaso.


Es decisivo tener muy claro a quién queremos agradar...aunque tengamos que sufrir el desprecio de algunos compañeros de reparto.


El verdadero ESPECTADOR , que sigue atentamente nuestra representación, el único que valorará nuestro trabajo, es el mismo Dios. Si no lo olvidamos , nuestra vida será, de hecho, una comedia humana...con un Espectador divino.


Y no importa el estado de ánimo con que nos desenvolvamos por el escenario...., lo que verdaderamete importa es atender al gesto de complacencia de Aquél para quien actuamos.



2 comentarios:

  1. Aurelio, ¿sabes del apostolado que haces? ,,si verdad ,, ! el bien ,que nos estas hacieno.!
    Que podamos contar contigo muchos años, salud y felicitaciones.

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  2. Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren,,,, son a la vez gozos y esperanzas,,, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo.
    !solo vale para quien actuamos!

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